Las cataratas Mossbrae, en el norte de California, Estados Unidos, atraen a aventureros de todo el mundo que arriesgan la vida por una foto y para deleitarse con una vista impresionante. Más de 30 mil visitantes al año realizan el peligroso viaje, a pesar de los riesgos y la posibilidad de ser detenidos.

Estas cataratas son consideradas uno de los tesoros naturales más impresionantes del estado, pero su belleza viene con un precio. Para llegar a este lugar de ensueño, los aventureros deben violar la ley, invadir una zona protegida y escabullirse por las vías activas del tren a lo largo del río Sacramento. El viaje puede ser mortal, y al menos dos personas fueron atropelladas por trenes cerca de la cascada desde 2012, según publicó el medio estadounidense New York Post.

A pesar de los riesgos, el número de turistas que visitan Mossbrae Falls aumentó exponencialmente en los últimos años, gracias a las redes sociales que inundan a los usuarios con contenido de viajes. Los visitantes comparten fotos de ellos mismos recorriendo el estrecho y peligroso camino, incluso llevando consigo a sus hijos y perros. Sin embargo, la popularidad de la cascada ha generado un debate sobre cómo hacer que el lugar sea accesible de manera segura y legal.

El problema es que el lado este del río, donde desembocan las cataratas, es propiedad de la Fundación Saint Germain, un grupo religioso que considera que la cascada y el Monte Shasta son sagrados y no quiere que el público pueda deambular por allí. Las tribus indígenas americanas también consideran sagrada la cascada, creyendo que sus aguas tienen poderes curativos. Al otro lado del río, el terreno es propiedad de Union Pacific Railroad, y las vías petrolíferas que bordean el río constituyen una importante arteria norte-sur para el transporte de mercancías.

Funcionarios y defensores abogaron por una forma segura y legal de llegar a las cataratas durante décadas. "No hemos gastado cientos de miles de dólares y 30 años en esto solo porque queremos tener un sendero hacia este hermoso lugar. También es un asunto de seguridad", declaró John Harch, presidente de la Asociación del Sendero del Monte Shasta. La búsqueda de una solución sigue en marcha, con el objetivo de proteger a los visitantes y preservar la belleza natural de las cataratas Mossbrae.

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