Un cocinero filipino, que era parte de la tripulación, es por ahora el único sospechoso de haber facilitado la contaminación de los 469 kilos de cocaína que fueron descubiertos en el buque mercante Ceci, mientras la embarcación estaba atracada en un puerto de San Lorenzo, el martes pasado.
Jonathan Caputero, de 50 años, fue puesto en prisión preventiva el sábado por resolución del juez federal Carlos Vera Barros en una audiencia que fue solicitada por los fiscales federales abocados a desentrañar el origen del cargamento millonario.
"El lunes por la noche, una lancha se acercó al buque a pasarle la comida para la travesía. Esa carga debía ser revisada, pero por razones que desconocemos no se hizo esa noche, sino el martes a la mañana", dijo una fuente de la investigación a Clarín.
Otra versión indica que los 469,5 kilos de cocaína fueron ingresados al buque en Montevideo, donde había recalado antes de llegar, el 28 de abril, al puerto de Vicentin. Esta hipótesis se sustenta en el hecho de que, en los paquetes impermeables donde se encontraban los ladrillos, había restos de agua salada.
La embarcación con bandera de las Islas Marshall venía de Emiratos Árabes y tenía como destino final la ciudad de Ámsterdam, capital de los Países Bajos.
Según fuentes oficiales, fue el capitán de la nave comercial quien el martes reportó a las autoridades de la empresa a cargo del transporte acerca de la droga hallada en una de las cámaras frigoríficas, cuyo valor estimado ronda los 6 millones de dólares.

Inmediatamente, la compañía denunció el hecho ante la Unidad de Información Financiera (UIF), según la versión oficial.
Actualmente, 19 de los tripulantes se encuentran “retenidos” en el buque que se sigue amarrado en San Lorenzo, el capitán en libertad y el cocinero Jonathan Caputero detenido en forma preventiva.
La droga estaba encintada en paquetes con la inscripción “Your name”, en bolsas de material impermeable.
Según fuentes de la investigación, ese logo de los envoltorios indica el cliente. Mientras que el sello bajorrelieve –una corona–, el proveedor.