Una grave advertencia resonó este martes en medio de la creciente crisis humanitaria en Gaza. La principal autoridad internacional en emergencias alimentarias, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, alertó que si no se actúa de forma inmediata habrá “muertes generalizadas” en esa región de Oriente Medio.
En ese marco, señaló que “el peor escenario de hambruna está en curso actualmente en la Franja de Gaza”. El aviso se conoció en paralelo a imágenes que muestran a niños extremadamente desnutridos y reportes que confirman decenas de muertes por hambre, tras casi 22 meses de conflicto armado.
Aunque no existe por ahora una declaración oficial de hambruna, la situación despertó una fuerte preocupación global. El PMA de las Naciones Unidas, comparó la crisis con las hambrunas más letales del siglo pasado.

“Esto no se parece a nada que hayamos visto en este siglo. Nos recuerda a los desastres del pasado en Etiopía o Biafra”, sostuvo desde Roma Ross Smith, director de emergencias del PMA. En la misma línea, remarcó: “Necesitamos acción urgente ya”.
A raíz de la presión internacional, el gobierno de Israel anunció en los últimos días medidas como pausas humanitarias diarias en determinados sectores del enclave palestino y el envío de ayuda mediante lanzamientos aéreos.
No obstante, según organismos de Naciones Unidas y fuentes palestinas, la situación sobre el terreno continúa sin cambios sustanciales. Multitudes desesperadas siguen bloqueando camiones antes de que logren llegar a sus destinos.
Por su parte, el Marco Integrado de Clasificación de Seguridad Alimentaria (IPC) advirtió que Gaza ya llevaba cerca de dos años en una situación límite, y que los bloqueos cada vez más estrictos por parte del gobierno israelí “han empeorado dramáticamente” el escenario en las últimas semanas.
La hambruna de Biafra: el hambre como arma de guerra
Entre 1967 y 1970, el sudeste de Nigeria fue escenario de una de las catástrofes humanitarias más crudas del siglo XX: la hambruna de Biafra, que se desató en el contexto de la Guerra Civil de Nigeria.
El conflicto comenzó cuando la región oriental de Nigeria, predominantemente habitada por el grupo étnico igbo, declaró su independencia como República de Biafra el 30 de mayo de 1967, bajo el liderazgo del coronel Odumegwu Ojukwu. El gobierno federal nigeriano, controlado por el norte, no reconoció la secesión y respondió con una guerra total.
A medida que avanzaban las operaciones militares, el ejército federal nigeriano impuso un bloqueo terrestre, marítimo y aéreo sobre Biafra. Esta táctica impidió el ingreso de alimentos y medicinas a la región rebelde. Como resultado, más de un millón de personas, en su mayoría niños, murieron de inanición.

Aunque la hambruna no fue oficialmente declarada como tal por el gobierno nigeriano, la comunidad internacional, incluidas organizaciones como la Cruz Roja y Cáritas, reconoció la emergencia humanitaria y denunció el uso del hambre como arma de guerra.
Las imágenes de niños desnutridos con vientres hinchados transmitidas por la televisión internacional, especialmente en Europa, generaron una ola de solidaridad global sin precedentes. Incluso llevaron a la creación de organizaciones como Médicos Sin Fronteras, fundada por médicos franceses que prestaron asistencia en Biafra.
La hambruna de Etiopía: negligencia, sequía y dictadura
15 años después de la tragedia de Biafra, otra crisis alimentaria sacudió África: la gran hambruna de Etiopía, entre 1983 y 1985, considerada una de las peores del siglo XX. Los datos no son precisos, pero se estima que murieron entre 400.000 y un millón de personas.
La crisis se concentró principalmente en las regiones norteñas de Tigray y Wollo, pero afectó a gran parte del país. La causa inmediata fue una grave sequía, pero múltiples informes, incluidos documentos desclasificados por la CIA y reportes de la ONU, responsabilizaron también al régimen militar de Mengistu Haile Mariam, quien lideraba el país desde 1977 tras derrocar al emperador Haile Selassie.
El gobierno de corte marxista-leninista, apoyado por la Unión Soviética, priorizó los gastos militares sobre la ayuda humanitaria y obstaculizó deliberadamente el acceso de ONG y agencias internacionales a las zonas más afectadas, bajo la excusa de evitar apoyo a grupos insurgentes como el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray.
Además, Mengistu impulsó un programa de relocalización forzosa de más de medio millón de personas, que fue criticado por ser desorganizado y brutal. En este caso, Naciones Unidas declaró oficialmente la hambruna en 1984.
Datos técnicos para declarar una hambruna
Emitir una declaración formal de hambruna es un procedimiento infrecuente y requiere la verificación de datos específicos que, en contextos como el de Gaza, son sumamente difíciles de obtener debido a la falta de acceso humanitario y las restricciones de movimiento. El IPC utilizó esa categorización en contadas ocasiones: Somalia en 2011, Sudán del Sur en 2017 y 2020, y partes de Darfur occidental en 2023.

Para que una zona sea oficialmente considerada en situación de hambruna deben cumplirse tres criterios simultáneos:
* Que al menos el 20% de los hogares no tenga acceso a alimentos o se encuentre al borde de la inanición.
* Que por lo menos el 30% de los niños de entre seis meses y cinco años padezca desnutrición aguda.
* Que se produzcan al menos dos muertes diarias por cada 10.000 habitantes, o cuatro fallecimientos infantiles por cada 10.000 menores de cinco años, debido al hambre o enfermedades derivadas de la malnutrición.
Benjamín Netanyahu: “Nadie se está muriendo de hambre en Gaza”
El último informe del IPC, que se basa en datos recopilados hasta el 25 de julio, advierte que la crisis alimentaria en Gaza alcanzó “un punto de inflexión alarmante y mortal”. El documento señala que ya se superaron los parámetros técnicos de hambruna en la mayor parte del enclave y en Ciudad de Gaza, específicamente en lo referido a desnutrición aguda. En esta última, casi 17 de cada 100 niños menores de cinco años se encuentran en estado de desnutrición grave.
Pese a las afirmaciones del gobierno israelí, que asegura no poner límites al ingreso de camiones con ayuda humanitaria, organizaciones internacionales sostienen que las medidas actuales resultan insuficientes para contener el avance de la hambruna.

La organización Médicos Sin Fronteras criticó los lanzamientos aéreos, a los que calificó de poco eficaces y peligrosos, dado que permiten ingresar una cantidad significativamente menor de ayuda que los camiones.
En respuesta a las denuncias, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sostuvo: “nadie se está muriendo de hambre en Gaza”, y afirmó que Israel brindó la asistencia necesaria, ya que “de lo contrario, no habría gazatíes”. En tanto, el ejército israelí calificó de “falsas” las acusaciones sobre una presunta estrategia intencional de provocar hambre.
Sin embargo, incluso sus principales aliados comenzaron a expresar desacuerdo con esa postura. Este lunes, el presidente Donald Trump comentó sobre las recientes imágenes difundidas desde Gaza: “Esos niños se ven muy hambrientos”.