La investigación sobre los 469 kilos de cocaína que fueron secuestrados la semana pasada en un barco en el puerto de Vicentin, en San Lorenzo, parece virar hacia la zona portuaria de Montevideo, donde parece que fue cargada la droga. Mientras tanto, este viernes se resolverá si los tripulantes de la embarcación siguen retenidos producto de la causa federal, que tiene como único detenido, en prisión preventiva efectiva, al cocinero del buque Jonathan Caputero, de 50 años. 

Según pudo conocer Rosario3, el cocinero aceptó la responsabilidad de haber contaminado la carga de la embarcación. La presencia de restos de agua salada en los bultos que contenían los ladrillos de cocaína hace inferir a los investigadores que la maniobra se hizo cerca de la capital uruguaya

La hipótesis se sustenta también en que el buque mercante había recalado en inmediaciones del puerto de Montevideo antes de venir a San Lorenzo. Lo llamativo es que desde el cordón industrial debía pasar nuevamente por esa terminal uruguaya y desde ahí hacia Ámsterdam, Países Bajos, donde se cree que estaba destinado el cargamento.  

Otro punto a tener en cuenta es que en el puerto de Montevideo está bajo la mira por este tipo de contrabandos de droga. Pocos días antes de lo ocurrido en San Lorenzo, la Policía colombiana incautó en la terminal de Buenaventura casi dos toneladas de cocaína que estaban en un contenedor que había pasado por Uruguay y que iba hacia Ensenada, México.

Lo que resta determinar en el caso del estupefaciente hallado en el buque en el cordón industrial es qué organización proveyó la droga y si además del cocinero hubo otros tripulantes que colaboraron en esconder los ladrillos en diferentes partes de la embarcación, como se presume. El único exceptuado en el legajo es el capitán del buque mercante, quien dio aviso a las autoridades por hallazgo de los bultos en la cámara frigorífica.