Con la llegada del frío, salir a caminar puede parecer un plan poco tentador. Pero quienes ya tienen el hábito incorporado saben que moverse un poco todos los días ayuda tanto al cuerpo como a la cabeza. Eso sí, no es lo mismo hacerlo a cualquier hora: en invierno, elegir el momento adecuado para salir a caminar puede marcar la diferencia entre disfrutar del paseo o terminar con un resfrío encima.

Salir a caminar en invierno
Según especialistas en salud y actividad física, los mejores horarios para caminar durante el invierno son a media mañana y a primera hora de la tarde. Entre las 10 y las 12 del mediodía, el sol ya levantó un poco la temperatura y el cuerpo se activa más fácilmente. Además, la luz solar en ese tramo del día ayuda a fijar vitamina D, que suele escasear en los meses fríos.
Otra opción recomendada es entre las 15 y las 17, antes de que baje el sol y vuelva a sentirse el frío más intenso. En ese horario, los músculos están más calientes por la actividad del día y hay menos riesgo de contracturas o lesiones.

Sin embargo, quienes no cuentan con la disponibilidad horaria para realizarlo, pueden ajustar su reloj a la mañana bien temprano antes de iniciar la jornada laboral, o a la tarde/noche para finalizar el día. Para ello se recomienda apelar al "truco de la cebolla" al momento de vestirse, utilizar diversas prendas que permitan quitárselas de a poco una vez que se entra en calor, pero luego volver a abrigarse al finalizar el ejercicio. En este aspecto, una gran opción es optar por grupos de entrenamiento que permitan depositar los objetos en un sitio seguro y vigilado mientras se realiza la actividad.