El contador Abel Macchi, cuyas empresas defaultearon en junio provocando un fuerte impacto en la localidad de Cañada de Gómez por los montos involucrados, acumula tres denuncias penales por estafa en la Justicia.

Ayer, Rosario3 publicó la denuncia presentada en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) contra Macchi por la Asociación Mutual Sport Club Cañadense, a quien le dejó debiendo 124 millones de pesos entre cheques y mutuos impagos.

Pero sobre el bautizado Grupo Macchi, un conglomerado de seis empresas, también pesa una denuncia por estafa presentada por Metal Del Blanco S.R.L, de San Jerónimo, y otra denuncia por estafa presentada por Acopio Montes de Oca S.R.L

En un principio las denuncias estaban en jurisdicción de la sede de Fiscalía en Cañada de Gómez, pero ya fueron remitidas a Jurisdicción Rosario, a la Unidad de Delitos Económicos y Complejos y asignadas a la fiscal María Teresa Granato. 

En los tres casos, los demandantes sostienen que la caída del conglomerado no se debió a razones comerciales, sino que se está en presencia de una estafa piramidal.

En las tres presentaciones, además, se piden urgentes allanamientos a las empresas y a los domicilios de la familia como Sandra Urquiza (esposa de Abel), Juan Manuel Machi (hijo), Jimena Bessone (esposa de Juan Manuel) y José Ignacio Machi (también hijo de Abel y Sandra), a quienes sindican como integrantes de una asociación ilícita.

Según el último reporte del Banco Central, las empresas de Macchi ya acumulan 862 cheques rechazados por  2.470.271.853 pesos. 

Además, tiene tomados créditos con 11 bancos por 4.900 millones de pesos que, todavía figuran en situación normal, pero que generaron mucha preocupación en las entidades financieras nacionales, que -a diferencia de los regionales- no redujeron la exposición antes del default.

Como  los cheques librados por de las empresas de Macchi (de la que sospecha eran una pantalla para una mesa de dinero) circulaban fuerte en la cadena comercial (se usaban para pagos), el impacto del default se extiende a otras localidades y a empresas que nunca tuvieron relación comercial con el contador.

En tanto, la Municipalidad de Cañada de Gómez sigue muy de cerca el impacto de la crisis en la empresa textil del grupo, que emplea a unas 150 personas, ya que si bien mantiene actividad y está entregando pedidos, hay mucha preocupación en sus empleados por el futuro de la firma (especializada en ropa de trabajo).