La comunicadora social, gestora cultural y máster en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, Florencia Bianchi, gestó un libro que es invaluable para la historia rosarina, porque no existía hasta ahora una periodización de ningún tipo en torno a las mujeres del rock, en la ciudad que se jacta de haber visto nacer el rock en castellano con La Balsa de Litto Nebbia y Los Gatos.

Su autora llamó al libro Pioneras, Aliadas & Feministas. Mujeres Rosarinas del Rock, y cuando le preguntan cuál es su deseo con este logro recién salido de imprenta, ella asegura: “Que abra la conversación, para que deje de estar en la Academia...”. Sucede que en origen su honda investigación era una tesis final del Máster, en la Facultad de Humanidades y Artes (UNR), y en cuanto la defendió con un sobresaliente 10, echó a rodar su publicación de la mano de Editorial Leviatán.

El valor de este libro es indudable: Bianchi puso el reflector en las experiencias de las pioneras que empuñaron sus instrumentos, las aliadas que gestaron las primeras bandas de mujeres en los años 90, y las feministas estos últimos años, organizadas en el gran Colectivo de Mujeres Músicas de Rosario. “Se puede ver cómo las mujeres hicieron tanto más que ser coristas que ponen voz y cuerpo, como se pensó siempre: que hubo y hay compositoras que piensan canciones así como instrumentistas que agarran el bajo, la guitarra o la batería”, aseguró Florencia Bianchi, en diálogo con Rosario3.

Pioneras, Aliadas & Feministas se presenta el viernes 27 de junio a las 20, en el bar Bon Scott (Pichincha 131) con entrada gratuita. Participan Gisela Espinoza y Bárbara Corneli (libreras de La Baronesa), junto a la autora del libro y músicas de la ciudad (las protagonistas de esta historia), que compartirán sus anécdotas y algunas canciones en vivo de varias de ellas.

Consultada sobre cómo pensó el comienzo de esta historización, Bianchi recordó: “Primero di cuenta de los inicios del rock de los 60 en el país, para contextualizar un poco. Pero en 1973 Anabella irrumpe en los escenarios rosarinos, en los festivales organizados por la temprana cooperativa de artistas Amader (Ateneo de Músicos y Artistas de Rosario) que buscaban hacer de la música un hecho contestatario, con la banda Pablo El Enterrador como la más emblemática”.

Anabella (tal el nombre artístico de Ana María Berghella) era una jovencita de 16 años que tuvo un rol importante en esa cooperativa como gestora de difusiones y buscar espacios, pero también, de los cinco conciertos que realizaron con Amader, ella participó cantando en dos oportunidades. Actualmente, vive en Buenos Aires, donde ejerce como médica, pero como el resto de sus entrevistadas, adelantó que va a ser parte de la presentación el próximo viernes.

Consultada Bianchi en torno a cómo surgió la semilla de este libro, que primero fue una tesis, recordó: “Cuando terminé la tesis, tuve devoluciones muy lindas y con una recomendación de publicación. Pero ya cuando pensaba qué iba a investigar, recuerdo que la docente nos dijo que pensáramos un tema como si fuera el libro que nos gustaría escribir. Y me acordé del libro de Romina Zanellato Brilla la luz para ellas, quien escribió la historia de las mujeres del rock nacional con perspectiva de género. Y quise hacer eso con las mujeres rosarinas, pero que llegue a un público general, y abrir la conversación sobre cultura, feminismo y territorio más allá del ámbito académico. La idea es continuar la batalla por el trabajo de las músicas, pero también por el espacio en la narrativa cultural, así como ocurre en torno a la participación de mujeres en festivales hasta la actualidad, ya que vimos recientemente un Monumento a la Bandera colmado de gente cantando que las chicas se dejan, con Vilma Palma, en vez de alguna de estas tantas artistas locales”.

Entonces repasó, en torno a su contenido, que fue dividido en tres grandes fragmentos de una forma cronológica: primero las pioneras (del 73 a los 80), luego las aliadas (de los 90 al 2000) y finalmente las feministas (de estos últimos años), aunque “algunas de ellas atravesaron todos esos tiempos, claro está”. Destacó entonces que además de Anabella como la primera mujer en los escenarios locales del rock, estaba “AMI durante la dictadura, Adriana Coyle la frontwoman del blues, Adriana Fleury, Silvina Garré y Ethel Koffman con su Banda del Puerto”.

Luego, en torno al segundo esquema, el de las aliadas, detalló: “Era la década del noventa y sus rupturistas bandas de chicas, que armaron sus propias agrupaciones para insertarse en el rock chabón. Ellas coinciden en que se sentían muy evaluadas cuando tocaban con varones, y, en cambio, entre mujeres sentían la libertad que da la horizontalidad, que les dio la validación que necesitaban para componer y seguir tocando a lo largo de los años”. Allí estaban Roxana Kessuanie, Mercedes Ianniello y Valeria Rodríguez Cisariuk (Valei), las hermanas Flor y Paula Croci y Mara Litmanovich, las Cambio de hábito, y también las Ama de Llaves”.

Finalmente, se dedicó a la historia más reciente, a la “marea verde” en el campo de la música popular hecha en Rosario: “Tocaban los jueves verdes en el marco del debate por la Ley del Aborto, e impulsaron el reclamo por la ordenanza de equidad de género en recitales, que se consiguió. A partir del surgimiento del Colectivo de Mujeres Músicas en 2018, es notable cómo un montón de mujeres se animaron a componer canciones. Y surgen entonces experiencias como Rock con perfume de mujer, el festival Agitadoras, rabajadoras Unidas de la Música, Mujeres y Disidencias”.

Prologado por Cristina Viano y la periodista Patricia Dibert, el libro suma un registro fotográfico de las distintas épocas que reseña. Entre las imágenes de archivo de las artistas entrevistadas se mezclan algunas icónicas fotografías profesionales gentilmente cedidas por Alejandro Lamas, Paula Sarkissian, Sofía Lanese y Edith Gauna.

Ana María Berghella, Adriana Coyle, Adriana Fleury, Ethel Koffman, Mercedes Ianniello, Valei Rodríguez Cisaruk, Paula Croci, Flor Croci, Mara Litmanovich y Roxana Kessuanie son las protagonistas de esta historia y de estas páginas.