Un hombre de 46 años identificado como Marcelo Iván Gusella fue condenado a prisión perpetua como autor del femicidio de su esposa, Stella Maris Eidner, cometido en 2023 en Venado Tuerto.

La sentencia fue resuelta por un tribunal integrado por los jueces Mauricio Clavero (presidente) y Adrián Godoy y por la jueza Paula Borrello en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos, es decir, que el acusado reconoció su culpabilidad, optando por no ir a juicio oral y aceptando la pena máxima como autor de homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género.

El crimen de Stella Maris fue cometido el jueves 28 de septiembre de 2023 aproximadamente a las 5.35 de la madrugada en la puerta de la casa en la que convivían el condenado, la víctima y los dos hijos adolescentes de ambos, en Chile y Cerrito.

La fiscal Andrea Cavallero especificó que Gusella llegó a inmediaciones del domicilio alrededor de las 5.08 y esperó agazapado a que la víctima saliera para dirigirse a su trabajo de mucama en el Hospital Gutiérrez. Y remarcó que a esa hora, el condenado debía haber estado trabajando en una fábrica cercana.

Stella Maris fue asesinada por su esposo, que la emboscó cuando iba a su trabajo.

Una vez que la mujer salió y se subió a su moto, Gusella la atacó con un cuchillo. Le asestó seis puñaladas en la zona del abdomen y tórax, dijo la representante de la acusación. "Luego de cometer el femicidio, escapó del lugar mientras el hijo de ambos había salido de la casa a raíz de los gritos de la víctima”, señaló.

Cuando el personal de seguridad llegó a la vivienda, encontró el cuerpo de Eidner. En un intento de desviar la investigación Gusella se presentó en el lugar, sostuvo que su mujer había sido víctima de un intento de robo y al ser consultado por una herida cortante que tenía en la mano, manifestó que era producto de un accidente laboral.

“En el marco de la investigación penal pudimos demostrar lo que efectivamente ocurrió”, valoró la fiscal e hizo hincapié en que “fueron muy importantes las cámaras de seguridad municipales y privadas que captaron movimientos que ubicaban a Gusella cerca de la escena del crimen”. “Además, los registros de ingreso y egreso de su lugar de trabajo evidenciaron inconsistencias, y las pruebas periciales confirmaron la presencia de manchas de sangre en su vehículo y en su ropa”, destacó.

La víctima y el condenado tuvieron un vínculo de pareja de alrededor de 24 años, dijo la investigadora. Según su opinión, el ataque "sólo puede entenderse en un contexto de violencia de género".