En Argentina, el tercer domingo de junio se celebra el Día del Padre, una fecha en el calendario que busca agradecer el amor y el esfuerzo que todos los padres, biológicos, adoptivos o "des corazón", dedican a sus hijos. Desde abrazos hasta regalos, llamadas y mensajes, la jornada está marcada por el encuentro, más allá de las distancias físicas y, también, por el recuerdo de quienes ya no están.

Pero, ¿cómo surgió esta celebración?

La celebración tiene su origen a comienzos del siglo XX en Washington, Estados Unidos. En 1909, una mujer llamada Sonora Smart Dodd, inspirada por un sermón sobre el Día de la Madre, quiso rendir homenaje a su padre, William Smart, un veterano de la Guerra Civil que, tras la muerte de su esposa durante el parto de su sexto hijo, llevó adelante la familia en una granja rural. 

Sonora propuso celebrar el Día del Padre el 5 de junio, en honor al cumpleaños de su padre. La primera celebración fue en 1909, aunque recién en 1924, el presidente Calvin Coolidge lo proclamó como festividad nacional. Finalmente, en 1966, el presidente Lyndon Johnson fijó oficialmente la fecha para el tercer domingo de junio.

A esa iniciativa se sumó la Argentina, pese a que no fue la fecha original propuesta.

En 1958, el Consejo Nacional de Educación estableció el 24 de agosto como Día del Padre, en honor al nacimiento de Merceditas, la hija del general Don José de San Martín, el "Padre de la Patria". Sin embargo, ya en los 60, el día se pasó al tercer domingo de junio.